Mi historia con la parte más instintiva, primitiva y amoral de la sexualidad, arranca, lógicamente, desde mis primeras fantasías, eróticas o no, cuando no había pasado mi mente por el tamiz de las lecturas y las doctrinas. Con el tiempo, en la adolescencia, llegaron a mi De Sade, Masoch, Pauline Reague, entre otros, o debería decir yo llegué a ellos, porque no fué casualidad. Posiblemente ayudaron, junto a mi mayor madurez, a la mayor sofisticación de mis deseos. Del mismo modo que un aprendiz de cocina aprende a moldear sus gustos hasta convertirse en un gourmet, yo aprendí a encontrar placer en sabores mas radicales y a entender que el refinamiento a veces exije grosería, vulgaridad y crueldad, y que la diferencia entre en refinado y el zafio, es que el primero es consciente que cuándo y por qué las utiliza.
Escribir sobre mis experiencias y deseos nunca fué una prioridad, prefería dedicar ese tiempo erótico y 'literario' a mis contactos online, me gustaban las mujeres que sentían el mismo placer que yo en describir sus fantasmas y experiencias, y con algunas llegué, paradójicamente para muchos, a relaciones mucho mas extremas que en algunos encuentros en la 'vida real'.
Pero no era, pues, la pura ficción, historias surgidas puramente de mi imaginación, lo que a mi me motivaba a escribir, sino las surgidas de la interacción con otras personas. Al menos lo necesitaba para empezar a escribir.
Yo necesitaba, o al menos necesitaba en primer lugar, dar salida a pequeñas historias nunca contadas, y, al margen de mis historias en el 'mundo físico', tenía historias fantásticas de mi larga trayectoria de contactos en línea, las mas recientes, las historias de contactos de mis blogs de tumblr. A partir de ellas, sí podría añadir, quitar o construir algo nuevo.
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